sábado, 4 de febrero de 2012

Detectado luces artificiales en el hemisferio nocturno de otros mundos

En la búsqueda de inteligencia extraterrestre, los astrónomos han tratado de detectar señales de radio y pulsos ultracortos de luz láser. Sin embargo, el progreso tecnológico de la humanidad comienza ya a permitir plantearse otra estrategia de búsqueda mucho más directa pero que hasta ahora era exclusiva de la ciencia-ficción: Buscar luces artificiales en el hemisferio nocturno de planetas.






Las ciudades de la Tierra resultan inconfundibles si las vemos desde la órbita terrestre cuando reina la noche en ellas. Las intrincadas marañas de puntitos luminosos recortadas contra el fondo negro delatan a los principales núcleos urbanos de nuestro planeta.


Por supuesto, tratar de detectar luces de ciudades en el lado nocturno de un planeta es mucho más fácil estando en órbita a él que observándolo desde otro sistema solar. Sin embargo, aunque todavía no poseemos telescopios con la capacidad de hacer esto último, dicho poder escrutador ya no es imposible en el horizonte tecnológico humano. Avi Loeb del Centro para la Astrofísica, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, y Edwin Turner, de la Universidad de Princeton, sugieren usar esta estrategia para buscar civilizaciones en otros mundos. Esta singular búsqueda de ciudades alienígenas no requeriría de recursos adicionales, teniendo en cuenta que se haría mediante los mismos telescopios avanzados de uso astronómico general que se prevé sean construidos en el futuro.
Al igual que con otros métodos de búsqueda de inteligencia extraterrestre, la estrategia propuesta se basa en la suposición de que los alienígenas usan tecnologías similares a las empleadas por nosotros. En el caso del alumbrado artificial nocturno, esa idea también se sustenta en una cierta lógica "universal": Parece razonable que cualquier forma de vida inteligente que se haya desarrollado a la luz de su estrella más cercana opte por utilizar iluminación artificial durante las horas de oscuridad.
¿Cuán difícil sería detectar una ciudad en un planeta lejano? Evidentemente, habría que distinguir esta luz de la luz de su estrella madre. Loeb y Turner sugieren analizar el cambio en la luz proveniente del exoplaneta investigado, conforme gira alrededor de su estrella.
A medida que el exoplaneta (planeta de otro sistema solar) gira, pasa por fases similares a las de la Luna. Cuando está en una fase oscura, desde la Tierra se vería más luz artificial en el lado nocturno que la luz reflejada desde el lado diurno. Así que el flujo total proveniente de un planeta con iluminación artificial urbana puede variar de un modo perceptiblemente distinto al de un planeta que no tiene iluminación artificial.




             
Detectar esta tenue señal reveladora requería de telescopios más avanzados que los actuales. Sin embargo, lo que ya se puede hacer ahora es comprobar y ensayar esta técnica con los telescopios actuales, examinando objetos en la periferia de nuestro sistema solar.
Loeb y Turner calculan que los mejores telescopios de la actualidad podrían ver la luz generada por una metrópoli del tamaño de Tokio a la distancia del cinturón de Kuiper (la región ocupada por Plutón, Eris, y miles de pequeños cuerpos helados). Así que si hubiera alguna ciudad ahí, ya seríamos capaces de detectarla. Realizando observaciones, los astrónomos pueden madurar y perfeccionar la técnica de modo que puedan tenerla del todo desarrollada y aplicarla de inmediato en cuanto haya telescopios lo bastante potentes que observen mundos del tamaño de la Tierra que giren alrededor de estrellas lejanas de nuestra galaxia.
A medida que nuestra tecnología pasa de las emisiones de radio y TV, al cable y la fibra óptica, nos volvemos menos detectables para los alienígenas. Si ha ocurrido lo mismo con las civilizaciones extraterrestres, entonces las luces artificiales podrían ser el mejor modo de detectarlos en la lejanía.


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